Bendita planta que siempre ha
sido considerada por nuestros antepasados mexicanos como sagrado. Es un deleite
a la vista, pues hay de varios colores: blanco, amarillo, rojo, azul. ¿Azul? sí, es un tono parecido al petróleo. Con respecto a éste último, les será más fácil asociarlo con los tlacoyos.
Pero el maíz tiene muchas maneras de ser disfrutado, pues de que de él derivan: tortillas, tamales, atole, pozole,
quesadillas, gorditas, pan… e incluso las palomitas que disfrutamos a la hora
de ver una buena película.
De la caña
del maíz también se elaboran duces, jugo, y otro uso de esta bendita fruta
(junto con otras) se rellenan las piñatas, y le da sabor al delicioso ponche
que degustamos en las fiestas decembrinas. Las hojas de la planta del maíz se
utilizan para envolver la masa y elaborar tamales.
El maíz ha sido y sigue
siendo básico en la alimentación. Se come en platillos dulces y salados, y por
si fuera poco… ¡hasta se hace aguardiente! y también sale a relucir en los
refranes populares: “Qué chulada de máiz prieto”… “Ni máiz paloma”. Por todo esto es ni más ni menos… un regalo de la tierra, y de México para el
mundo.
Para que tus tortillas de maíz no se enfríen, mételas en éste lindo y térmico tortillero.
Disfruta de una buena tarde de películas mexicanas solo o acompañado, y ¡claro! tus palomitas de maíz.
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