domingo, 28 de octubre de 2012

El amaranto será declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México


El amaranto, ese alimento que de manera común vemos en lo que son las alegrías, y que a raíz de encontrarle varios beneficios nutricionales se ha recomendado integrarlo más a la dieta diaria -mezclándolo con licuados por ejemplo- es objeto de trabajos para ser declarado Patrimonio de la Humanidad.
En el camino de lograr esto, por el momento -según mencionan diferentes medios- se espera que en el próximo mes de noviembre el amaranto quede declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México, por el jefe de gobierno del Distrito Federal. Para esto, se ha integrado un expediente con testimonios de historia oral sobre la experiencia de los productores, un video y una investigación “en la que se pondera la producción del amaranto y su transformación en distintos productos alimenticios y golosinas”.
La planta ha sido aprovechada desde épocas prehispánicas en México y el resto de Latinoamérica; y a pesar de que a la llegada de los españoles estos prohibieron su cultivo -por considerarla “pagana” al ser usada en ritos religiosos- su consumo perdura. No sólo eso, según la Asociación Mexicana del Amaranto menciona que en 1975, la Academia Nacional de Ciencias la incluyo en el estudio de “Plantas Tropicales Subexplotadas con Valor Económico Prometedor” por su importante aporte nutricional y económico.
Al igual que la quínoa, el amaranto fue seleccionado por la NASA para alimentar a los astronautas por su alto valor nutritivo, por su aprovechamiento integral, por la brevedad de su ciclo de cultivo y por su capacidad de crecer en condiciones adversas. Por todo ello, fue calificado por la NASA como cultivo CELSS (Controlled Ecological Life Support System: la planta remueve el dióxido de carbono de la atmósfera y, al mismo tiempo, genera alimentos, oxígeno y agua para los astronautas). El amaranto pasó a ser cultivado en los viajes espaciales desde 1985. Ese año, el amaranto germinó y floreció en el espacio durante el vuelo orbital de la nave Atlantis. El propulsor de este hecho fue el Dr. Rodolfo Neri Vela, primer astronauta mexicano.
La verdad yo no acostumbro mucho su consumo, es más, desconocía que no sólo se aprovecha el grano, sino que también se puede usar como verdura y forraje. Posiblemente con esta próxima declaratoria de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México, logren hacer de su uso algo más frecuente y deje de ser un producto subutilizado, si tantos beneficios tiene.
Foto: JulioRFA
Fuente: Vivir México

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