martes, 1 de octubre de 2013

¡ME COMERIA UNA BRONTO-COSTILLA!

¿Alguna vez has tenido tanta, tanta hambre… que te sientes como Pedro Picapiedra? Si fuera mexicano, en vez de pedir una bronto-costilla, seguramente le pediría a la pobre Vilma un zacahuil para él solito.


¿No sabes que es el zacahuil? Bueno, pónte cómodo y afila bien el colmillito para que te lo vayas saboreando… resulta ser que en la región de la Huasteca hidalguense, se elaboran éste tipo de platillos típicos. Lo particular del zacahuil o sacahuil es lo monumental de su tamaño, pues llegan a medir hasta ¡5 metros de largo! Y claro, su elaboración es un tanto complicada, eso sin mencionar la hora de servirlo, pues se tiene que cargar entre varias personas hasta las mesas donde será servido.


Es muy común que se convide en fiestas locales, bodas, XV años o alguna ocasión especial, pero si tienes el atojo y nadie te invita a su pachanga, no te amuines… puedes ir al mercadito del pueblo y comprar un pedacito de  tamalote. De uno solo, pueden llegar a comer desde 50 hasta más de 100, dependiendo del tamaño.



Al igual que en la preparación de los tamales normales, se necesitan ingredientes varios, pero en este caso, en vez de una simple ollita  vaporera se utiliza un horno grande, llevando hasta 10 horas en terminar su cocción. Pero vale la pena esperar, pues… ¿a quién no le gusta disfrutar de una delicia típica? Por si las dudas, mejor me doy una vueltecita. Chance y logre colarme a alguna fiesta. ¿Me acompañan? Foto: laprensa




Si sirves en tu pachanga un delicioso zacahuil... luce hermosa con éste lindo delantal bordado.








Cocinando o como invitada, de huateque o en tu casita... siempre linda con un collar enmarcado en filigrana hecho a mano.




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